Se dice que la mirada refleja el alma, y yo creo que los ojos no mienten al marcar la edad de la persona, y de muestra, la foto de hoy.
Un robado que le hice a un señor de casi ochenta años con el que estuve bendimiando parte de la mañana de hoy, un persona con una vitalidad que ya la quisieran más de cuatro jóvenes, pero que aun así los años no pasan en balde, y los surcos de su cara reflejan claramente el paso del tiempo, dejando una mirada viva en un marco viejo.
Ojalá yo pueda llegar a su edad, con la única lacra, que arrugas en mi cara.
Feliz Día
Gabo Monzón.
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