46. Sol Naciente


Para quien no quiera creerme, ver el amanecer, sentado frente a la costa, observando las olas debatiendo si ir hacia delante o hacia atrás, ver las nubes surcar otro mar, también azul, el cielo, con un rumbo que solo los vientos conocen,  y no escuchar nada salvo el batir de la marea, es algo mágico, y que te acompaña durante el resto del día, esa energía de un sol que aun no ha despegado, un sol tranquilo, a quien se le puede mirar sin temor al "quemor", esa energía de paz y tranquilidad que hace que te relajes y seas parte de ese momento especial.
Por suerte, es un espectáculo que se repite todas las mañanas, tan solo hay que madrugar un poco para ser feliz el resto del día.
Os espero mañana, sed felices
Gabo Monzón

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