Paz, eso es lo que siento en la soledad del atardecer, observando el ir y venir de la marea, jugando al escondite entre las rocas, cambiando cada segundo el lugar visitado.
Es una extraña sensación, tu no te mueves, pero con cada segundo los matices son diferentes, un cambio de luz, una ola que salpica los charcos estáticos creando miles de círculos concéntricos que se difuminan, al igual que ese lugar, mientras va cayendo el sol y lentamente todo se vuelve oscuro.
Es por ello que aproveché la puesta de sol para dicha foto, es la única manera de jugar con la velocidad a la que se saca la fotografía y conseguir así ese mar difuminado.
Espero sea de su agrado
Feliz Noche
Gabo Monzón
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"larga exposición",
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