Experimentando con el cambio que se producen en objetos cotidianos al verlos muy de cerca, cambia su forma, su funcionalidad, quedando solo en un concepto, abstracto, que termina siendo determinado por la imaginación de cada cual, sin poder ofrecer ninguna explicación lógica ni fiable.
Eso es lo bonito de la abstracción, todo vale, pero nada permanece.
Feliz Domingo
Gabo Monzón
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