He nacido en una isla, me he criado escuchando el murmullo (y en ocasiones el estruendo), del océano, lo necesito, lo llevo en la sangre, no me veo viviendo lejos de él, ya que forma parte de mí, y si en ocasiones necesito relajarme, calmarme o simplemente dejar divagar la mente, voy hasta la costa, me siento cerca de esta líquida inmensidad y me dejo llevar con su vaivén y sus sonidos.
Es un recurso que como canario valoro y aprecio, y cuando tuve una de mis primeras cámaras en mano, una de las cosas que corrí a inmortalizar fue el océano, siempre está ahí y según fui indagando en este mundo hasta conocer lo que es la fotografía de larga exposición y lo que hace con el fluir de la marea, sinceramente, me enamoré, el oleaje más bravo se convierte en espuma, y sus secuaces en seda que bordea y acaricia las rocas, es un efecto mágico y hoy se los traigo para que contemplen esa magia.
Espero les guste, porque va una pequeña serie dedicada ;)
Feliz noche de jueves
Gabo Monzón
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Playa del Hombre, Las Palmas, España
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