Nos acostumbramos a verlo todo siempre desde la misma perspectiva que nos olvidamos de que las cosas que nos rodean son tridimensionales y que pueden ser observadas desde diferentes ángulos.
Esto fue lo que me pasó cuando, por fin, después de tanto tiempo queriéndolo hacer, subí al mirador de la Catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, y al llegar arriba quedé patidifuso con esta vista, las lineas que dirigen tu mirada hasta el vasto océano, ese juego de colores entre el blanco del techo y el azul del mar, es simplemente espectacular.
Espero que a todos les guste la imagen tanto como a mí
Feliz Noche
Gabo Monzón
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