Antes de cada salida con la jurria los garrotes son apilados, juntos, impacientes a la espera de que comience la ruta y poder llevar a los saltadores por lugares que solo con los pies no podrían alcanzar, son un medio de transporte único en el mundo y que gracias a jóvenes comprometidos con su cultura ancestral, mantienen vivo una tradición que goza de más de dos mil años de antigüedad, por ello, hoy quiero destacar la labor de este instrumento que poco a cambiado con los años y que gracias a él, el salto del pastor canario sigue fomentándose en Canarias con el apoyo de las diversas jurrias y como no, de los que hacen posible tal actividad, y que espero que siga viva por siempre, recordando así a la cultura aborigen canaria, mientras hayan saltadores su memoria seguirá viva.
Como se suele decir,
Nos vemos en el risco
Feliz Noche
Gabo Monzón
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