173. La naranja soñadora


Erase una vez, en un frutero muyyyy muyyy lejano, en el que vivían plácidamente unas cuantas frutas, eran felices, no les faltaba de nada, pero a cambio, de vez en cuando una mano gigantesca llegaba desde el cielo, agarraba una manzana, una pera, un plátano, lo que tuviese más cerca y lo devoraba, mientras, en el frutero la histeria se apoderaba de todos los vecinos, de todos, menos de una pequeña naranja, era la fruta más madura del lugar, y nadie conocía su secreto, las naranjas llegaban y desaparecían en el transcurso de pocos días, salvo ella, en todo el reino solo se hablaba de esa fruta anaranjada que, transgrediendo toda realidad, seguía viva a pesar de los banquetes de los gigantes.
Cierto día, llegó un ramillete de uvas al reino, y al saber de la naranja, una uva pequeña y aun casi sin color se aproximó a la naranja y le preguntó por su secreto, y esta se lo confesó;
-Mi secreto pequeña, no es más que observación y mucha fe
-No te entiendo, replicó la uva, ¿Que observas y en que tienes fe para no ser devorada? preguntó la pequeña
-Durante el tiempo que llevo en el frutero, he visto frutas de todos los tipos y colores ser devoradas sin compasión por esos gigantes, salvo...
-¡¡¡Salvo qué!!! inquirió la uvita
-Salvo a los limones, son la única fruta que no les gusta, y rara vez sacan algún provecho de ella, esa ha sido mi observación pequeña, contestó la naranja
-¿Como? No entiendo nada de lo que dices¡¡¡ dijo con fuerza la pequeña
- Espera, -dijo la naranja, aun te falta una parte de la historia, te falta el recurso de la fe, de la fe en lo imposible, era casi una flor cuando llegué a este lugar, y desde que me di cuenta del repudio que suscitan los limones siempre he soñado con ser uno de ellos y poder vivir longevamente, así que cada día me concentro y pienso que no soy una naranja, sino que soy un limón, lo deseo con todas mis fuerzas y lo creas o no, lo he conseguido, !fíjate¡, ya tengo hasta puntitos de madurez en mi cabeza.
-jajajaja -se rió la uva- tu lo que pasa es que estás loca¡ o pocha por dentro y por eso no te comen¡¡ un limón¡¡ que cosa más tonta¡¡¡
-¿No me crees? ven conmigo y te lo mostraré
Dicho esto, la naranja se encaminó hacia uno de los bordes del frutero, en donde éste se elevaba y en la pulida superficie de metal se reflejaba todo lo que se pusiera en frente, -fíjate bien pequeña y dime lo que ves, le dijo la naranja.
La uva, aun con lágrimas en los ojos de tanto reír, se acercó a donde estaba la naranja, ya que pensaba que iba a volver a reírse a carcajadas, pero en vez de eso se quedó muda y petrificada, parecía que hubiese visto la mano gigante encima de su cabeza, pero no, lo que vio era tan impresionante que no se lo creía, ella se veía en el reflejo, pero al mirar a su derecha veía el reflejo de un limón, donde debería estar el reflejo de la naranja.
-Pe, pero, pero esto es imposible¡¡¡ Tartamudeó la uvita.
-Nada es imposible mi querida amiga, ya te he dicho que si lo crees de verdad, todo puede llegar a suceder, para nosotros sigo siendo la naranja de siempre, pero desde fuera se me ve como un limón, y quien sabe, a lo mejor dentro de un tiempo te conviertes tu en el limón más pequeño del mundo, jaja. rió la naranja.

Y esa es el mensaje que yo he sacado de este montaje fotográfico que realicé esta mañana, todos somos quienes somos, pero si nos lo proponemos, podremos llegar a ser quienes nos imaginamos, solo es tener fe en uno mismo y el tiempo dará sus frutos.
Espero que les guste tanto el cuento como la foto jeje
Feliz noche de viernes mis pequeñas uvitas lectoras ;)
Gabo Monzón     


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