Lo que un día fue un hogar, lleno de risas, alboroto, ruido y recuerdos, hoy son solo vestigios, en su momento debías tocar una puerta de madera con los nudillos un par de veces y esperar pacientemente a que alguien te recibiera, hoy es todo muy diferente, debes atravesar un marco sin puerta, desvencijado y ruinoso para llegar a contemplar esto, unas ruinas que aun evocan un pasado mejor donde la naturaleza ya ha comenzado a recuperar lo que un día fue suyo.
Es un lugar con encanto, donde pensar tanto en el futuro como en el pasado, te hace poner los pies en la tierra mientras contemplas, anonadado, la belleza que se cuela en la estancia por la falta de paredes.
Feliz Domingo
Pasen buena noche
Gabo Monzón
Etiquetas:
arquitectura,
paisaje,
ruinas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario